SEGURIDAD

El GNV/GNC no es una nueva tecnología. Tiene 70 años de historia. Está ampliamente probada y sus progresos tecnológicos son constantes.

Al ser más liviano que el aire, ante una eventual pérdida, el gas natural comprimido se eleva y se disipa rápidamente. En cambio, la nafta se derrama y busca niveles bajos, por lo que aumenta considerablemente el riesgo de incendio y explosión en caso de accidentes o pérdidas.

El GNV/GNC requiere una temperatura de 600º C para su ignición. En cambio la nafta y el gas licuado propano lo hacen a 450º C. Por ello, además, es mucho más improbable que un vehículo a gas se incendie, cualquiera sea la circunstancia.

El circuito de combustible para gas natural es estanco y no tiene aire en su interior, por lo que no se puede producir una ignición espontánea. En los tanques de combustible líquido, en cambio, hay siempre mezcla explosiva, ya que están abiertos a la atmósfera.

Los cilindros están construidos bajo normas de seguridad muy rigurosas y son sometidos a pruebas con presiones muy superiores a las existents durante una carga regular. La presión de diseño y prueba es de 300 bar, mientras que no estallan a menos de 460 bar, y la presión de trabajo es de 200 Bar. 

Por su robustez, estructura, conformación y la ubicación que ocupan dentro de un vehículo, los cilindros son mucho menos peligrosos que un tanque de nafta, ante eventuales colisiones. Por ejemplo se los somete a ensayos de fuego y de impacto de armas de fuego.