MECÁNICA VEHICULAR

El gas vehicular cuenta con mayor octanaje que las naftas (125 contra 90), lo que provee una combustión sin autoencendido, incluso en motores de mayor compresión y eficiencia.
Además, la combustión es total, porque la mezcla del GNV/GNC con el aire es perfecta a cualquier temperatura ambiente.

El aceite que lubrica la planta motriz es menos contaminado si se utiliza gas natural, por lo cual se duplican los intervalos entre los cambios de aceite.

No forma sedimentos y mantiene las bujías limpias. No lava las paredes de los cilindros del motor, por lo que permite una mejor y efectiva lubricación.
Los gases de combustión no son corrosivos. Al no atacar los metales, alarga la vida de los caños de escape y silenciadores.
La naturaleza gaseosa del combustible elimina la acción de barrido en los cilindros durante las fuertes aceleraciones, con la ventaja de reducir el desgaste por abrasión de las superficies metálicas.

El motor presenta una gran elasticidad de funcionamiento con aceleraciones sin irregularidades ni detonaciones (pistoneo), aun a baja velocidad directa.


Los vehículos convertidos pueden pasar del uso de GNV/GNC a nafta con el simple accionar de un botón o perilla y en plena marcha, sin inconveniente alguno.


La dualidad GNV-nafta duplica la autonomía de marcha de la unidad automotriz.


Un rodado a gas natural puede operar en todo tipo de terrenos, incluso en zonas de alta montaña. Tal es así que recientemente un camión –con 37 toneladas de carga super ó los 4.800 metros de altitud en los Andes Peruanos en mayo de 2008.


El GNV/GNC puede funcionar bien en todo tipo de condiciones climáticas. Como no se congela –aun a bajas temperaturas- el vehículo está siempre listo para ser utilizado. Los componentes para GNC son ensayados a -40°C durante su homologación. El gas natural se licua recién a los 165 °C.


También, puede alcanzar velocidades equivalentes a las de los autos de carreras. Un Audi A4 propulsado a biogás ingresó al Libro Guiness de los Récords al llegar a los 364,6 km/h en abril de 2009 y convertirse así en el auto a GNV/GNC más rápido del mundo. El hito fue registrado en la pista de carreras de Fórmula 1 de Nürburgring, Alemania.