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ECOLOGÍA Y SALUD


Los motores a GNV/GNC emiten un 25% menos de dióxido de carbono que la nafta y un 35% menos que el gasoil. El CO2 contribuye al cambio climático global por causa del efecto invernadero.

Reducen la emisión de monóxido de carbono en un 95% con respecto a la nafta, la de hidrocarburos en un 80% y de óxidos de nitrógeno en un 30%.

El GNV/GNC no contiene azufre (existen motores de gasoil que emiten 18,4 g/hora), ni partículas, ni trazas de plomo ni de metales pesados.

Los cilindros de GNV/GNC son receptáculos completamente cerrados, mientras que el uso de nafta implica que parte de la misma que está contenida en el tanque se evapore. Esto provoca casi la mitad de la contaminación por hidrocarburos asociada al uso vehicular.
A diferencia de las naftas, el gas vehicular no contiene aditivos tóxicos de plomo orgánico ni benceno. Este último es altamente cancerígeno.
El gas natural no es tóxico o corrosivo y es incapaz de contaminar napas de agua. Por eso, no hay riesgo ambiental en caso de fugas, a diferencia de las nocivas consecuencias medioambientales que causan los derrames de petróleo.
29. Los motores a GNV/GNC reducen la contaminación sonora, al tener una marcha más suave y silenciosa que los motores a nafta y especialmente los gasoleros.

La opción del biogás (metano proveniente de la descomposición orgánica) convierte al gas natural en un combustible renovable y que puede ser producido en todo el mundo. La producción de biogás a partir de productos agrícolas rinde cuatro veces más por ha. que los
biocombustibles líquidos.

El gas natural cumple con las más rigurosas normas ambientales requeridas por los gobiernos y entidades reguladoras y normativas, siendo el combustible de uso masivo que provoca el menor índice de contaminación.

Es el puente obligado hacia el hidrógeno (próxima promesa en carburantes limpios, pero aún no disponible en forma masiva), por su estructura molecular y la logística necesaria para su utilización.